lunes, 13 de diciembre de 2010

Feliz Navidad, y hasta pronto

Ayer por la tarde aterricé en el aeropuerto de Madrid y cené cómodamente en el salón de mi casa con mis padres y hermanos. Estos articulitos quedan, por tanto, abandonados hasta la primera semana de enero, cuando volveré a mi rincón en la inmensa ciudad de Los Ángeles. Sólo deseo que se hayan entretenido. Tampoco esperen mucho: ni mucho ni poco. Sólo algunas anécdotas, historias, recuerdos y observaciones de mis vivencias en la Universidad de Los Ángeles.

Yo trato de andar, recorrer lugares y perderme con mi mochila, y trato de observar y absorber, para después, escribir. Aunque, a veces, sucede al revés: primero, escribo, y luego veo cosas que me hacen cambiar de opinión, y ya es demasiado tarde. Por eso, quizás, estas historias tengan más que ver conmigo, y mis reacciones personales, que con el entorno externo. Tomenselas así, y acompáñenlas con una cerveza y cacahuetes. Seguro que se digieren mejor.

Ustedes aprovechen para pasar una Feliz Navidad y disfrutar de sus familias y amigos. Eso es, exactamente, lo que pienso hacer yo. Reciban un cordial abrazo.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Identidades americanas

Nadie puede negar que el mundo camina en una dirección: la mezcla, lo heterogéneo, la diversidad. Claro que, a veces, existen tendencias que prefieren caminar al revés, pero son las menos. La sociedad americana es, indudablemente, multicultural.

El país tiene en torno a 310 millones de habitantes. De todos ellos, cerca de 244 millones son blancos; unos 40 millones, negros; unos 14 millones, asiáticos; en torno a 3 millones, americanos indígenas y de Alaska; y medio millón de habitantes, de Hawaii y otras islas del Pacífico.

De todos ellos, aproximadamente un 15 por ciento son de origen hispano. Además, un 15 por ciento tiene ascendencia germana; un 11 por ciento, irlandesa; un 8.8 por ciento, afro-americana; un 8.7 por ciento, inglesa; un 7.2 por ciento, americana; un 5.6 por ciento, italiana, y así sucesivamente.

En un capítulo de "Los Simpsons" ("Much Apu About Nothing"), se parodia la proposición 187 del estado de California que estuvo en vigor en 1994. En ella se aprobaba la denegación de cualquier servicio del gobierno (educación, bienestar, ayuda médica) a los inmigrantes ilegales. Se trataba de una ley muy similar a la que entró en vigor en el estado de Arizona en julio de 2010.

En este capítulo se recoge un diálogo que refleja muy bien la identidad americana:

-LISA: Sabéis, de alguna manera, todos los americanos somos inmigrantes. Excepto, claro, los Americanos Nativos.

-HOMER: Sí, los Americanos Nativos, como nosotros.

-LISA: No. Quiero decir los Indios Americanos.

-APU: Como yo.
La principal característica de la identidad americana es, precisamente, la diversidad de identidades: la multiculturalidad. Diga lo que diga cualquier ley.

sábado, 4 de diciembre de 2010

Enemigos íntimos

"Yo siempre quiero que el Barça pierda" -Guti, ex-jugador del Real Madrid, el 5 de marzo de 2009.

"Esperamos que pierdan todos los partidos, pero sólo nos preocupamos por ellos la semana en que nos enfrentamos" -Jonathan Franklin, jugador de los UCLA Bruin, refiriéndose al equipo USC Trojans, el 2 de diciembre de 2010.

Las gradas del estadio Camp Nou estuvieron abarrotadas el lunes pasado, 29 de noviembre, para ver el partido de fútbol entre el F.C. Barcelona-Real Madrid. Hubo 99.354 espectadores.

Los dos equipos son enemigos públicos desde comienzos del siglo viente. La primera polémica entre ambos equipos llegó en 1912, cuando los jugadores del F.C. Barcelona se retiraron del campo a falta de doce minutos del final de la semifinal de Copa. Decían sentirse perseguidos por el árbitro. Desde entonces, muchos momentos, jugadores y goles han pasado a la historia en este encuentro. Cuando Hugo Sánchez se tocó los genitales frente a las gradas del Camp Nou en 1990, cuando Romario regateó en centímetros a Rafa Alkorta para golear a Paco Buyo en la temporada 1993-1994, cuando Raúl mandó callar al estadio Camp Nou en la temporada 1999-2000 después de empatar el partido, o cuando Carles Puyol besó el brazalete con la bandera catalana en el Bernabéu en 2009, en el partido que vencieron dos-seis. La rivalidad es histórica, y se alimenta año a año.

Pero la  emoción del partido del lunes no se explicaba sólo por la historia. También estaba en juego el presente: los dos equipos llegaban al partido en plena forma, en búsqueda del liderato de la Liga, y tienen en sus plantillas a los mejores jugadores y entrenadores del mundo. El desenlace no hace falta contarlo: supongo que ya lo vieron ústedes. O lo sufrieron, como un servidor.

Mañana a las siete y media, en el estadio Rose Bowl de Pasadena, se juega el partido de la liga universitaria de "football americano" entre la Universidad de Los Ángeles (UCLA) y la Universidad del Sur de California (USC). Habrá 92.542 espectadores.

Los dos equipos, por distintas razones, no tienen nada que jugarse en el presente. El equipo UCLA Bruin ha perdido cinco de sus últimos seis partidos y no tiene opciones matemáticas de clasificarse para las finales de la liga universitaria. Los USC Trojan han realizado una mejor campaña, pero sufren una sanción de la asociacion de deporte universitario (NCAA) que les prohíbe clasificarse para las finales durante dos años.

Esto significa, por tanto, que no hay absolutamente nada en juego.

La ciudad y las universidades están, sin embargo, paralizadas por el partido.

La estatua del oso-mascota de la universidad UCLA está envuelta en una caja protectora desde el domingo pasado. Hace años, los estudiantes de la universidad USC la profanaron con los colores granates de su equipo. En la tarde del miércoles, los estudiantes de UCLA hicieron una hoguera gigante en el campus y cantaron alrededor en contra del equipo rival. El precio más barato de una localidad, en un partido corriente, es de 16 dólares; el precio más barato de una localidad, en el partido contra USC, es de 80 dólares. Aún así, las entradas se agotaron hace semanas.

Es cierto que este año no hay beneficios materiales en juego. Pero está en juego algo mucho más valioso: el orgullo y la gloria de vencer al enemigo íntimo. No está en juego el presente. Está en juego la historia.