domingo, 24 de octubre de 2010

Lectores de novela policiaca

Michael Connelly, uno de los mejores escritores de novela policiaca de Estados Unidos, nació en Florida, donde se graduó como periodista. Años después, mientras trabajaba como redactor, escribió un reportaje para una revista sobre los supervivientes de un accidente aéreo y fue nominado al premio Pulitzer. Aquello le cambió la vida: fue contratado por el periódico "Los Angeles Times" como reportero de crímenes y se marchó a vivir a la ciudad donde había vivido y escrito novelas su gran ídolo, Raymond Chandler,: Los Angeles. 


Allí trabajo como periodista y comenzó a escribir novelas policiacas, protagonizadas por el detective privado Harry Bosch. El éxito le permitio abandonar la profesión en los periódicos y dedicarse por completo a la literatura. Todas sus últimas novelas están situadas en la ciudad de Los Ángeles y basadas en las aventuras y casos del abogado defensor Mickey Haller. Una ciudad tan grande, con gentes tan diversas, social y culturalmente, es un lugar ideal para inventar historias de misterio y pistolas.

Las novelas policiacas son un género muy especial. Suelen basarse en un esquema tipo: la razón crea un caso criminal, basado en temores y misterios que averiguar, y la propia razón de unos hombrecillos peculiares, ya sean abogados o detectives, bebedores de whisky y fumadores de cigarrillos, divorciados, y con una moral en entredicho, tiene que resolver la situación. Los grandes clásicos del género son escritores reconocidos: Edgar Allan Poe, Arthur Conan Doyle o Raymond Chandler.

La semana pasada el escritor Michael Connelly presentó su última novela, "The Reversal", en una pequeña librería del barrio de Westwood, donde dio una charla breve, contestó preguntas y firmó libros. La libreria estaba ambientada con la temática, y el tiempo era nublado y lluvioso aquella tarde. La inmensa mayoría de los oyentes rondaba los sesenta años. Muchos llevaban boinas y jerseys de lana, otros tenían patillas grises y perillas refinadas, y casi todos tenían la mirada pérdida. Hay que ser un tipo inquieto por entender el mundo para leer novelas policiacas. A mi me introdujeron en este mundo dos grandes amigos de la universidad, Jacobo y Tomás, buenos consversadores y mejores personas, con los que he compartido cervezas, cafés con leche, sandwiches mixtos y muchas horas de vida en común. Yo estuve en aquella librería alternativa escuchando a Michael Connelly. Pero quienes merecían estar allí eran ellos.

3 comentarios:

  1. ¡¡¡No me puedo creer que hayas visto en persona a Connelly!!! ¡es uno de mis autores favoritos!¡me he leído todas sus novelas! me muero de envidia (no sana)... :)

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  2. Gran escritor el que viste y gran escritor tú! Espero que disfrutes en los Estates!!

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