A las 11 de la mañana del día 11 del mes 11 del año 1918. En aquel momento se produjo el cese definitivo de hostilidades entre los combatientes de la Primera Guerra Mundial. Aunque aquella "Gran Guerra" terminó oficialmente con el Tratado de Paz de Versalles, firmado el 28 de junio de 1919 entre las potencias aliadas y Alemania, la verdad es que el cese efectivo de los disparos en tierras europeas se había producido en el mes de noviembre.
Al año siguiente, el presidente americano Wilson proclamó que aquel día sería rememorado como el día del armisticio y los soldados americanos serían honrados en toda la nación. Después de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea, aquella fiesta federal se transformó en el Veterans Day o Día de los Veteranos de Guerra, una fecha dedicada a honrar a los soldados americanos que hayan luchado en cualquier guerra. La celebración de los caídos en combate tiene lugar otro día, el último lunes de mayo con la fiesta del "Memorial Day".
En la actualidad hay aproximadamente 23.2 millones de militares veteranos en Estados Unidos. De estos, 9.2 millones superan los 65 años de edad; 1.9 millones tiene menos de 35 años; 1.8 millones son mujeres.
De todos ellos, 7.8 millones sirvieron durante la guerra de Vietnam (1964-1975), lo que representa un 33 % de todos los veteranos; 5.2 millones sirvieron durante la guerra del Golfo (desde 1990 hasta el presente); 2.6 millones sirvieron durante la Segunda Guerra Mundial (1941-1945); 2.8 millones sirvieron durante la guerra de Corea (1950-1953); y 6 millones sirvieron en tiempos de paz.
Algunos estados del país cuentan incluso con más de un millón de veteranos entre su población: California tiene 2.1 millones; Florida, 1.7 millones; Texas, 1.7 millones; Nueva York, 1 millón; y Pensilvania, 1 millón. Como se puede observar, los veteranos de guerra son una población importante de Estados Unidos, son respetados y honrados, y han influído directamente en las actitudes del país ante las relaciones internacionales y la guerra.
El continente europeo ha asumido desde hace años una profunda conciencia contra la guerra como medio de solución de conflictos, y en ello camina también la comunidad internacional. Las secuelas culturales del terror de la Segunda Guerra Mundial, que destrozó el continente entero, han conducido a esta tendencia.
Supongo, por tanto, que esta celebración sugiere en los europeos sensaciones contradictorias. Algunos ciudadanos rechazarán en ella un fuerte carácter patriótico y militarista, otros sentirán simpatía por una práctica que reconoce el mérito de los que lucharon en defensa de su país.
Yo he desarrollado una teoría pequeñita, no muy original y seguramente errónea, sobre la actitud de los americanos ante los veteranos de guerra. Creo que el pueblo americano, en líneas generales, no celebra la guerra como tal, en sentido abstracto. Lo que el pueblo americano honra con esta celebración y tantas más es la historia de todos los soldados que se han visto obligados a acudir al frente en alguna ocasión. Estados Unidos ha estado involucrado en muchas guerras y todos esos soldados anónimos no son uniformes abstractos. Son hermanos, primos, vecinos, compañeros de universidad. Son a ellos a quienes honran.
Aunque, quizás, la mejor honra sería que, un día, dejase de haber veteranos de guerra.
Al año siguiente, el presidente americano Wilson proclamó que aquel día sería rememorado como el día del armisticio y los soldados americanos serían honrados en toda la nación. Después de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra de Corea, aquella fiesta federal se transformó en el Veterans Day o Día de los Veteranos de Guerra, una fecha dedicada a honrar a los soldados americanos que hayan luchado en cualquier guerra. La celebración de los caídos en combate tiene lugar otro día, el último lunes de mayo con la fiesta del "Memorial Day".
En la actualidad hay aproximadamente 23.2 millones de militares veteranos en Estados Unidos. De estos, 9.2 millones superan los 65 años de edad; 1.9 millones tiene menos de 35 años; 1.8 millones son mujeres.
De todos ellos, 7.8 millones sirvieron durante la guerra de Vietnam (1964-1975), lo que representa un 33 % de todos los veteranos; 5.2 millones sirvieron durante la guerra del Golfo (desde 1990 hasta el presente); 2.6 millones sirvieron durante la Segunda Guerra Mundial (1941-1945); 2.8 millones sirvieron durante la guerra de Corea (1950-1953); y 6 millones sirvieron en tiempos de paz.
Algunos estados del país cuentan incluso con más de un millón de veteranos entre su población: California tiene 2.1 millones; Florida, 1.7 millones; Texas, 1.7 millones; Nueva York, 1 millón; y Pensilvania, 1 millón. Como se puede observar, los veteranos de guerra son una población importante de Estados Unidos, son respetados y honrados, y han influído directamente en las actitudes del país ante las relaciones internacionales y la guerra.
El continente europeo ha asumido desde hace años una profunda conciencia contra la guerra como medio de solución de conflictos, y en ello camina también la comunidad internacional. Las secuelas culturales del terror de la Segunda Guerra Mundial, que destrozó el continente entero, han conducido a esta tendencia.
Supongo, por tanto, que esta celebración sugiere en los europeos sensaciones contradictorias. Algunos ciudadanos rechazarán en ella un fuerte carácter patriótico y militarista, otros sentirán simpatía por una práctica que reconoce el mérito de los que lucharon en defensa de su país.
Yo he desarrollado una teoría pequeñita, no muy original y seguramente errónea, sobre la actitud de los americanos ante los veteranos de guerra. Creo que el pueblo americano, en líneas generales, no celebra la guerra como tal, en sentido abstracto. Lo que el pueblo americano honra con esta celebración y tantas más es la historia de todos los soldados que se han visto obligados a acudir al frente en alguna ocasión. Estados Unidos ha estado involucrado en muchas guerras y todos esos soldados anónimos no son uniformes abstractos. Son hermanos, primos, vecinos, compañeros de universidad. Son a ellos a quienes honran.
Aunque, quizás, la mejor honra sería que, un día, dejase de haber veteranos de guerra.
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