miércoles, 1 de junio de 2011

¿Qué es el Tea Party?

Fueron la tendencia política triunfante en las elecciones intermedias de noviembre. Rand Paul y Marco Rubio, por ejemplo, dos de sus jóvenes estrellas, obtuvieron un asiento en el Senado por Florida y Kentucky. Su popularidad en la América rural es contundente. Los liberales los califican de extremistas, radicales, arcaicos o racistas. Es el Tea Party: un movimiento político situado en el ala más conservadora del partido republicano americano.

Desde su irrupción, muchos artículos, reportajes y programas han opinado sobre este fenómeno: ¿quiénes forman el Tea Party y cuál es la esencia del movimiento?

Una encuesta de la televisión CBS y The New York Times despeja bastante el panorama: son blancos, mayores y están enfadados.

Un 18% de los americanos se identifica como seguidores del Tea Party, y el 89% de ellos son blancos. Un escaso 1% son negros. Son generalmente personas mayores: el 75% tiene 45 años o más, y un 29% supera los 65.
El 36% de lo seguidores proviene del Sur del país (la región del río Mississipi), y tan sólo un 18% reside en el Noreste (en ciudades como Nueva York, Boston o Philadelphia). Gozan de una buena educación: el 37% tiene estudios universitarios, frente al 25% de la población americana total.

Un 66% afirma que vota siempre o generalmente al partido republicano, mientras que tan sólo un 5% apoya regularmente al partido demócrata. El 40% cree que Estados Unidos necesita un tercer partido.
Casi 3 de cada 4 se considera una persona conservadora, y un 39% se identifica como muy conservadora.
Un 61% de ellos es protestante y un 22%, católico.

El 53% está enfadado con el Gobierno de Obama, y el 19% está enfadado con la situación del país, en general. Las causas principales del enfado son: la reforma sanitaria, el alejamiento de los políticos del pueblo, el gasto público y el paro.
El 92% de los entrevistados afirma que las políticas de Obama conducen al país hacia el socialismo. Del total del pueblo americano, un 52% comparte ese pensamiento.

Algunos investigadores han querido profundizar más. Quieren entender por qué muchas personas del país apoyan algunas cuestiones que resultan increíbles: el 30% de los seguidores del Tea Party, y el 20% del pueblo americano, cree que Obama no nació en Estados Unidos, a pesar de las claras pruebas que demuestran lo contrario.

Tres profesores de psicología universitarios, Sheldon Solomon, Jeff Greenberg y Tom Pyszczynski, apuntan a la conexión entre una vieja teoría, la "Terror Management Theory", ideada por el antropólogo Ernest Becker, con las tendencias más conservadoras.
Según esta doctrina, todas las actividades del ser humano están encaminadas a superar su miedo feroz: la mortalidad. Según Becker, las personas somos los únicos seres vivos capaces de saber que si existimos, un día dejaremos de existir, y moriremos. Somos, por tanto, tan insignificantes como un lagarto o una patata, y ello nos agobia. Para superar este miedo, las personas, de manera inconsciente, hemos creado la "cultura". Compartimos una visión del mundo con  grupos de personas, y eso nos tranquiliza: las representaciones culturales sobrevivirán siempre, y, con ellas, nosotros, los seres humanos. Si defendemos tajantemente una idea o creencia, dice Becker, tenemos el sentimiento de que viviremos para siempre: literalmente según las religiones, simbólicamente según la cultura.


Esta investigación apunta a que el discurso del Tea Party busca agitar a sus seguidores con recuerdos sutiles, encubiertos e implícitos, de su propia mortalidad. La gran premisa del Tea Party advierte de lo peor: el genuino pueblo americano camina hacia la desaparición, y, con ella llegará la de los americanos. El territorio libre, cristiano, de hombres blancos, está siendo estropeado: América ya no es América. Esto explica el éxito de los rumores que lanza el Tea Party: Obama no nació en Hawaii sino en Kenia, y fue educado en el islamismo. Su segundo nombre es Hussein. El presidente tuvo, incluso, que enseñar publicamente su partida de nacimiento para aclarar su origen.

La población más conservadora del país ha apoyado la esencia del Tea Party: no quieren morir como pueblo, para no morir como individuos.

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